Pero como el dicho bien nos indica, no siempre llueve a gusto de todos. Y es que hemos tenido un invierno de muchas lluvias. Lluvias que se traducen en nuevos vertidos por parte de la orujera Lamarca.
Cada vez que llueve, el agua caída arrastra la mierda acumulada en el interior de las instalaciones de esta empresa hacia la carretera de Santiago y hacia los cultivos de los alrededores. Y no pasa nada. Nadie de alarma. Ningún medio se hace eco. ¿Por qué? Porque para que eso pase el vertido tiene que ser de más de medio millón de litros. Esas cifras sí que son noticia, ¿verdad? Un chorrito de 5 litros por segundo (imagínate: 2 botellas y media de cocacola por segundo) no es nada, ¿verdad? No tiene importancia.
No soy experto, ni siquiera conozco la legislación sobre balsas de alpechín pero estoy seguro de que esto no es legal, o al menos, no es apropiado:
Un poco de documentación gráfica:
(Todas las fotos han sido tomadas en las inmediaciones de la orujera)